Soporte: cartoné, 23 x 29 cm
ISBN: 978-84-9825-899-8
ISBN: 978-84-9825-899-8
Edad recomendada: apartir de 7 años
“Mishiyu, al igual que otros niños,
aprendió a andar, a hablar y a temer a la soledad entre las paredes de un
orfanato.Cuando menos lo esperaba, apareció una mujer dispuesta a adoptarlo. Se
llamaba Isabel y se presentó como su nueva madre. Sin embargo, para Mishiyu no
dejaba de ser una extraña.“
“COMO TODOS LOS NIÑOS, Mishiyu tenía un padre
y una madre.” Así de contundente empieza esta emotiva historia sobre una
adopción. Porque todos venimos biológicamente de dos progenitores aunque esto
no quiere decir que se conviertan en Padre y Madre. Como un baño de agua fría,
Alcántara nos devuelve a la realidad de muchos de los niños que viven la
adopción. Mishiyu es abandonado, rechazado y entregado a un orfanato donde
crecía con miedo, solo y desamparado junto a otros niños como él.
La lectura de estas dos primeras páginas han
sido las que me hicieron prestar verdadera atención a este álbum ilustrado. Y
no es que su autor, Ricardo Alcántara, no tenga un currículum sobradamente
extenso para garantizar la calidad de su obra. La adopción es frecuentemente
tratada con extrema delicadeza, siendo un tema que toca emociones tan íntimas e
intensas, no podía ser de otra manera. A veces, se explican las historias con abundante
azúcar, relatando lo maravilloso que fue ir a buscar aquel niño-niña tanto
tiempo deseado y la alegría que sintió ese niño al ser tan y tan querido por
fin. Otros, relatan la historia como si de un dietario se tratara explicando
los hechos pasando de puntillas por aquellos detalles de la historia que puedan
dañar sensibilidades. Mishiyu, es diferente. Alcántara es valiente y da nombre
a las emociones que el personaje sintió. Puede que por su formación como
psicólogo o su historia familiar, entiende que esta es la clave de la historia
que esta nueva familia tiene que contar.
Rebeca Luciani acompaña
al texto con rostros expresivos y paisajes llenos de color. De esta manera nos
presenta a una joven pelirroja y de tez clara, rebelde e independiente que siempre
había buscado su propio camino, hasta que este le llevó a convertirse en Madre.
Isabel y Mishiyu recorren un camino lento, para nada fácil pero en el cual la
nueva madre descubre su capacidad de tener paciencia, de respetar las emociones
del pequeño ser que tiene ahora a su cargo.
En las diferentes
formaciones “Separaciones, pérdidas y duelos en la
infancia” que el Institut de la Infància ha organizado en diferentes ciudades
de Cataluña, la adopción ha sido uno de los temas habituales. En estos casos el
pequeño se enfrenta a una gran pérdida dejando atrás su cultura, idioma y a
aquellos que le acompañaron en su corta vida. Ya no será más aquel que era de
igual forma, el miedo le acompañará irremediablemente en la incertidumbre, en
lo desconocido. La acogida es el tema que más inquieta a las familias adoptivas. El
acompañamiento en ese proceso de adaptación a la nueva familia en el que todos
sus miembros encontraran su espacio en ese nuevo puzle. Y es como la madre primeriza
aprende con el llanto incansable de su bebé, a veces lo único que podemos
hacer es acompañar en el llanto, en el desespero, en el dolor...
Con este álbum podemos dar pie en el aula a explicar Los derechos del niño
y como son de importantes en el pleno desarrollo durante la infancia. La
necesidad que tenemos de recibir afecto, de ser reconocidos, más allá de las
cosas materiales.
En estos días que celebramos en las escuelas el día de la Madre, y buscamos
maneras diferentes de enfocar la celebración desde la diversidad familiar,
Mishiyu nos muestra como la figura maternal es aquella que acompaña, que nos da
tiempo, que nos guía…